Cómo incrementar la competitividad de un territorio mediante el uso de la tecnología
La competitividad es un término que engloba varios enfoques y ámbitos. En el caso de los territorios y ciudades, la competitividad puede ser traducida tanto a mejoras en eficiencia energética, como en su desarrollo socioeconómico, conceptos que sin duda están estrechamente unidos a la tecnología, el factor clave para el progreso.
Ya en 1987 aparece en el informe Brudtland el concepto de desarrollo sostenible, un término que engloba los retos que tenía, y actualmente sigue teniendo, el ser humano: el cambio climático, escasez de agua y otras consecuencias medioambientales negativas, las desigualdades entre países, el hambre, etc., todo ello, fruto del desarrollo económico y la globalización. El desarrollo sostenible, por tanto, engloba todo lo que conlleva ser un territorio competitivo, y por ello, busca dar una solución global, factible y sobre todo sostenible en el tiempo, a estos problemas derivados de la industrialización y el crecimiento masivo de la población.
Pero ¿cómo ayudan las Smart Technologies a la sostenibilidad de los territorios?
Un factor importante que plantea el desarrollo sostenible es reducir la desigualdad entre los territorios mediante una gestión responsable de los recursos. Es aquí donde la tecnología juega un papel fundamental.
Un claro ejemplo de ello son las Smart Cities o Ciudades Inteligentes, cuyo objetivo es incrementar la eficiencia y la calidad de los servicios y ofrecer información a tiempo real mediante herramientas como IoT, sistemas analíticos de Big Data, redes de información, plataformas inteligentes, infraestructuras ecoeficientes, uso de energías renovables, sistemas de almacenamiento y aprovechamiento de energía, modelos colaborativos y de participación ciudadana que permitan integrar lo público y lo privado, etc.
La implantación de la tecnología que posibilita que una ciudad se convierta en una Smart City, no solo tiene beneficios a nivel de infraestructura, sino que también permite el desarrollo a nivel social y económico.
Es por este motivo, que a través de los Fondos FEDER de la UE, el fondo europeo destinado a eliminar las diferencias de desarrollo entre regiones dentro de la Unión, se han financiado numerosos proyectos de Smart Cities, implementando nuevos modelos digitales que permitan mejorar servicios claves en sectores urbanos, de manera inteligente.
Esto se vislumbra claramente en la transformación digital de los territorios rurales, una medida cada vez más necesaria para paliar los efectos de la despoblación y el desempleo. Las Smart Regions pretenden impulsar el desarrollo inteligente más allá de los límites de las grandes ciudades, extrapolando la tecnología de las Smart Cities a los pequeños municipios para conseguir pueblos inteligentes, dinámicos y sobre todo, conectados.
Los nuevos avances en la tecnología 5G supone una gran revolución en el reto de la digitalización de la España vaciada; apoyar y fomentar la digitalización de las pequeñas localidades para apostar por su futuro y atraer a los jóvenes, tanto para vivir como para que puedan trabajar en estas zonas, ya que la falta de tecnología ha propiciado que muchos intentos de creaciones de empresas en entornos rurales hayan fracasado o sean de muy complicada implantación. Por ejemplo, ¿cómo se va a popularizar una app móvil si en muchos municipios no hay cobertura? Este tipo de cuestiones son a lo que el 5G pretende dar respuesta.
Sin embargo, el coste de las instalaciones que permiten esta velocidad en pequeños municipios sigue siendo un negocio poco rentable para las compañías teleoperadoras, además de la complicada orografía de algunos territorios, por lo que su implantación en todo el territorio nacional no será tarea sencilla.
Otro caso significativo es el de los Destinos Turísticos Inteligentes, territorios turísticos innovadores, consolidados sobre una infraestructura tecnológica que garantiza el desarrollo sostenible del territorio, un turismo accesible para todos y además facilita la interacción e integración del visitante con el entorno, incrementando así la calidad de su experiencia y la calidad de vida del residente permanente.
La implantación de esta esta tecnología permite una revalorización del destino y como consecuencia:
- Se produce una mejora del aprovechamiento de los recursos turísticos, la identificación y creación de otros, tanto medio-ambientales, económicos, como socio-culturales, impulsando el desarrollo sostenible del lugar y mejorando así su competitividad.
- Mejora de la eficiencia de los procesos de producción y comercialización locales, haciendo del turismo la estrategia principal para el progreso económico del territorio, garantizando sus efectos positivos a largo plazo.
En los últimos años, también se suman a este concepto la gestión centralizada de soluciones agroganaderas y con más solvencia y con soluciones experimentadas se comienza a desarrolla (FIWARE ya apuesta por ello) por plataforma de gestión del territorio destinada a la implementación del IoT, Big Data e Inteligencia Artififcial en los sectores agrícolas y ganaderos, con el fin de aumentar la competitividad y mejorar la productividad.
Por último los fondos Next Generation EU y el Plan España Digital 2025 es consciente de esta necesidad, y a expensas de su desarrollo más específico, todo apunta a una implementación de un 33% de los fondos con destino la digitalización, que sin duda resolverá los retos territoriales y los derivados del reto demográfico.
Es obvio que hoy en día la implantación tecnología en un territorio es sinónimo de desarrollo y competitividad. En MB3 disponemos de esa experiencia y seguimos apostando por la digitalización de los territorios aportando nuestro conocimiento para el desarrollo de estrategias y planes directores , oficinas técnicas especializadas para la monitorización y gestión de desarrollos y soluciones y también para la gestión de plataformas, como ejes principales para conseguir la transformación de las ciudades y territorios hacia la filosofía Smart City.