La cuarta Revolución Industrial incluye a la agricultura: inteligencia artificial y robots para evitar el desperdicio del agua, los fertilizantes y la contaminación .
La agricultura inteligente o smart farming, también conocida como agricultura de precisión, es un enfoque moderno de la agricultura que utiliza la tecnología y el análisis de datos para aumentar la eficiencia y la productividad, reduciendo al mismo tiempo los residuos y el impacto medioambiental.
La agricultura de precisión implica el uso de sensores, cartografía GPS y otras tecnologías digitales para recopilar y analizar datos sobre el suelo, el clima, la salud de los cultivos y otros factores que afectan a la agricultura.
Beneficios
Los agricultores tomar decisiones informadas sobre siembra, fertilización y cosecha, basándose en datos en tiempo real y modelos predictivos.
Esto ayuda a optimizar el rendimiento de los cultivos, reducir los costes de los insumos, como el agua, los fertilizantes y los pesticidas, y minimizar los residuos y el impacto medioambiental.
Algunos ejemplos de tecnologías agrícolas inteligentes son:
- Drones: pueden cubrir cientos de hectáreas en un solo vuelo, y usando sensores infrarrojos y análisis de imágenes pueden conocer el estado del suelo, las necesidades de riego, el estado de los cultivos zona por zona, o la presencia de patógenos.
- Sistemas de riego de precisión: se trata de sistemas de riego que regulan la cantidad de agua que necesita cada planta o grupo de plantas basándose en sensores que indican la humedad, temperatura y que junto con los datos meteorológicos reducir el despilfarro del agua.
- Internet de las cosas: los datos del terreno los recopilan cientos de sensores conectados a internet, desde sensores de temperatura y humedad hasta cámaras capaces de medir el tamaño de las hojas o el grosor de los tallos, todo ello distribuido por el campo para controlar el crecimiento, la salud y el rendimiento de los cultivos en tiempo real.
- Big data: los sensores y los drones que monitorizan los cultivos producen enormes cantidades de datos, a los que hay que sumar los que se obtienen vía satélite y las predicciones meteorológicas.
- GPS: no solo sirve para guiar a los tractores autónomos y a los drones, sino que permite localizar a los sensores y cartografiar el campo en tiempo real.
- Blockchain: puede facilitar la trazabilidad de los productos agrícolas desde su sembrado hasta su entrega a los consumidores, y así mejorar la seguridad alimentaria y reducir el desperdicio.
- Inteligencia artificial: si el análisis de datos proporciona información detallada sobre el estado de los cultivos, la inteligencia artificial es la que permite tomar las mejores decisiones basadas en esos datos.
El uso de la tecnología y la Inteligencia Artificial nos ayudan a diseñar mucho mejor los Territorios del futuro, siendo mucho más eficientes y rentables.