Una tecnología más inteligente e integrada ya está transformándolo todo, desde los dispositivos que llevamos en la mano hasta incluso cómo hacemos la compra. De la mano de la proliferación de la inteligencia artificial y el Edge Computing, que aporta potencia y eficiencia a innumerables industrias y actividades, se están produciendo enormes cambios.
El metaverso cambiará la forma de trabajar
El metaverso va a acercarse cada vez más a la realidad, pero no se tratará de avatares de dibujos animados y juegos. En su lugar, la tecnología del metaverso estará impulsada por el mundo laboral. Los equipos aprenderán a colaborar, compartir y trabajar en espacios inmersivos —lo que denominamos el metaverso empresarial— y eso impulsará la adopción de la tecnología. Más que los juegos, como los simuladores de vuelo, serán los simuladores de trabajo los que impulsen la adopción del metaverso.
Las tiendas serán más inteligentes
La inteligencia artificial cada vez tendrá más peso en el mundo que nos rodea y acelerará actividades cotidianas como ir de compras. En un futuro próximo, los servidores de IA podrán analizar múltiples secuencias de vídeo de cámaras situadas en los pasillos de las tiendas para vigilar si se retiran grandes cantidades de artículos al mismo tiempo, y controlar las entregas a la tienda para garantizar que el inventario se mantiene en niveles elevados. Esto permitirá a los comercios hacer un seguimiento más eficiente de los productos, ajustarse más rápido a la oferta y la demanda, y mejorar los márgenes de beneficio, además de garantizar que los clientes obtienen lo que han pagado.
El Edge Computing multiacceso impulsará las ciudades inteligentes
En el futuro, las cámaras inteligentes gestionarán el tráfico en las ciudades inteligentes, reduciendo así la contaminación, los atascos y los accidentes de tráfico, y los servidores de Edge Computing permitirán desde la enseñanza holográfica hasta las compras con realidad aumentada.
El Edge Computing multiacceso (MEC) permite que las solicitudes se procesen dentro de la propia ciudad inteligente, en lugar de tener que viajar a algún centro de datos lejano, lo que implica que las consultas pueden responderse en milisegundos. En el futuro, el Edge Computing podría incluso ayudar a las ciudades a alcanzar los objetivos de contaminación controlando los semáforos para que los coches conduzcan de forma más eficiente en términos de consumo de combustible.
Convertir nuestras ciudades en ciudades inteligentes no solo sirve para que los ciudadanos tengamos una vida mejor. Las ciudades inteligentes también ofrecen mejores oportunidades económicas, pero sobre todo consumen menos recursos y mejora la calidad de vida. En MB3-Gestión trabajamos en esa línea formando parte de esa transformación digital que dibujará nuestro futuro en las próximas décadas.