ChatGPT responde en cuestión de segundos a una petición aleatoria sobre cómo “escribir un poema sobre inteligencia artificial al estilo de Carlos Drummond de Andrade”; la calidad del resultado, dependiendo de quien lo critique, puede ser discutible.
Según las pruebas de SEO.ai, ChatGPT está disponible en casi 100 idiomas, pero el rendimiento del modelo varía según el idioma.
El sistema fue desarrollado por OpenAI, empresa fundada en 2015 en EE.UU. por Sam Altman puede marcar un antes y un después, democratizando el uso de la inteligencia artificial.
La gestión con inteligencia artificial de los recursos está llegando también al desarrollo de los proyectos smart city y por lo tanto a muchos municipios españoles, pero también ayudando pequeñas poblaciones a mejorar en algunos servicios necesarios, evitando así el riesgo de despoblación.
A pesar de las dificultades y que obviamente es una tecnología que deben evolucionar en los próximos años, las ciudades pueden beneficiarse enormemente de la inteligencia artificial, y los ciudadanos podrán ser beneficiarios de las oportunidades para mejorar su calidad de vida y por supuesto los gestores públicos para su toma de decisiones y empresas que crean en el valor en el municipio. Estos son algunos de los ámbitos que hacen que las ciudades inteligentes sean mejores sitios para vivir:
Tráfico
Con el uso de cámaras y sensores se puede conocer el flujo de vehículos y peatones en tiempo real, y coordinar, por ejemplo, los semáforos, para que, en lugar de estar cronometrados, respondan a la situación real del tráfico.
En la ciudad de Phoenix, en EEUU, han conseguido reducir en un 40% los tiempos de espera en los semáforos mediante el uso de sistemas inteligentes.
Transporte público
Los sistemas de inteligencia artificial pueden realizar un seguimiento preciso de datos como el número de pasajeros, los tiempos de espera y las necesidades de mantenimiento, y programar el transporte para minimizar las esperas.
Las ciudades inteligentes también están incorporando tecnología de análisis predictivo que pronostica con precisión los niveles de demanda en determinados momentos y lugares para poder ajustar en consecuencia el número de vehículos de tránsito operativos.
Cuando estos sistemas de las ciudades se ponen en comunicación con las apps (movilidad ciudadana) que utilizan los ciudadanos, es posible acceder a la forma de transporte más eficiente en cada momento.
Aparcamiento
Se calcula que el 30% del tráfico en una ciudad corresponde a conductores buscando aparcamiento, con un inmenso coste en tiempo, contaminación, combustible y emisiones.
Los sistemas IA permiten conocer dónde se encuentran las plazas de aparcamiento disponibles, tanto en la calle como en los aparcamientos privados, y guiar a los conductores hasta la zona de aparcamiento más cercana.
Servicios digitales
Una forma de reducir el tráfico es no obligar a los ciudadanos a desplazarse para hacer sus trámites con la Administración y que sea esta la que de forma proactiva se comunique con la ciudadanía.
La formación o identificación de ayudas y subvenciones de forma adaptativa, mediante sistema de inteligencia artificial se puede diseñar un sistema que perfile las necesidades de capacitación o las ayudas que mejor se adapten a cada ciudadano o empresa, en función del grado de conocimiento y evolución de su perfil comunicado a la Administración
Las posibilidades se extienden a la atención médica remota, la educación o, en algún momento del futuro, el voto electrónico. Pero para ampliar aún más las capacidades de los servicios digitales dentro de las ciudades inteligentes, es necesario desarrollar programas de formación para que la mayoría de los ciudadanos pueda utilizarlos.
Convertir nuestras ciudades en ciudades inteligentes no solo sirve para que los ciudadanos tengamos una vida mejor. Las ciudades inteligentes también ofrecen mejores oportunidades económicas, pero sobre todo consumen menos recursos y mejora la calidad de vida.
Aplicar la inteligencia y los datos, puede ayudarnos a tener un futuro sostenible.